"Y hacia el poniente, por fin, el lago azul y transparente de Carucedo, harto más extendido en el día, parecía servir de espejo a los lugares que adornan sus orillas y a los montes de suavísimo declive que la encierran.
Crecían al borde mismo del agua encinas corpulentas y de ramas pendientes parecidas a los sauces que aún hoy se conservan, chopos altos y doblegadizos como mimbres que se mecían al menor soplo de viento, y castaños robustos y de redonda copa.
De cuando en cuando, una bandada de lavancos y gallinetas de agua revolaba por encima describiendo espaciosos círculos, y luego se precipitaban en los espadañales de la orilla o levantando el vuelo desaparecían detrás de los encarnados picachos de las Médulas" (El señor de Bembibre: Enrique Gil y Carrasco)

Cuenta la leyenda que La ondina Carissia vivía en la mítica ciudad de Lucerna y se enamoró perdidamente del guapo general latino, pero el romano, dado que la ninfa era astur, raza y pueblo que los romanos tenían que dominar, la burló y la despreció. La ninfa sintió tal dolor que estuvo muchos años llorando y tantas lágrimas derramó que se fue formando el legendario lago de Carucedo y anegando la mítica ciudad de Lucerna.
Así se llenó la hoya con agua cristalina, donde el sol refleja sus rayos en una tonalidad azulada enmarcada entre las espadañas y las juncias.
Según la leyenda, todos los años al amanecer del día de San Juan, cuando se abre el alba y el sol dora las aguas se vislumbra en el fondo del lago el reflejo de la ciudad de Lucerna.
En esa noche serena sale la ondina Carissia del lago de Carucedo a buscar un guapo mozo que la requiebre de amores. Pero como es tan grande el lago es difícil dar con ella. Alguna vez se ha encontrado en la mañana luminosa el peine de cuerno con alguna hebra de sol entre sus púas, que la ninfa se dejó olvidado en la orilla...

Me encantan las leyendas...y es que esta noche....
Esta noche soñé que estaba en un castillo en la cima de una montaña, rozando el cielo con las manos y todo pintado de verde....Sin príncipes ni plebeyos...me dediqué a contemplar aquella estampa tan maravillosa. No encontré ningún pasadizo secreto... aunque tampoco lo pretendía..
Sólo encontré un sapo que se sentó a mi lado cerca de las escaleras...Lo besé y siguió siendo el mismo sapo de siempre sentado a mi lado...(qué onda con las leyendas falsas wey!!...a poco ahorita ya no hay príncipes de cuento???))
 Esta noche soñé que estaba en un lago lleno de magia y encanto...y la soledad y el paisaje se me antojaron tan hermosas...No busqué ningún personaje de leyenda, ni siquiera lo pretendía...Sólo encontré al mismo sapo testarudo ...(pero a dónde te caíste túuu????)
  Esta noche soñé que buscaba oro en medio  de unas cuevas encantadas...Caminaba y caminaba (córrele para acá!)....y mi eco se mezclaba con el sonido de los pájaros...No encontré ningún lingote....y tampoco lo pretendía...sólo encontré al mismo sapo atrevido...(no me des las gracias tontuelo)....
 Sin cuento ni leyenda, sin fantasía ni magia inventada....esta noche soñé que recorría lugares hermosos acompañada de un sapo insolente y descarado...
Y escribiendo estúpidez tras estúpidez...empiezo a dudar de si en verdad fue todo un sueño...porque a veces tengo la sensación de que no ha sido más que pura realidad (lo séeee....lo intuyo...)
En fin....los sueños, sueños son...pero los recuerdos nunca se extinguen (qué me quieres decir...amoooorrr?????)
Divagando...recordando...y agradeciendo a un sapo misterioso ese paseo por las nubes....(vales mucho josé roberto...)
Y es que sólo existen dos tipos de sapos...los cavernícolas....y los tarados...pero éste...éste pertenecía a la especie de los "chi-chistosos"....

PD: Vale por una notita olvidada en alguna mesilla de noche (Ya...ya...ya...pero no presumas wey)

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