Hay días en mi vida, en los que decido jugar con el destino, con la suerte, y hago que una elección se base en tirar papelitos al aire y dejar que caiga uno en mis manos, quedándome con la opción que el azar ha querido para mí. No es que practique esto muy a menudo…y es cierto que no suelo hacerlo para tomar decisiones importantes, al menos no siempre. A veces, sólo son dilemas tontos que mi cabeza no es capaz de resolver, y le concedo todo el poder a la suerte. Es cierto que a veces lo utilizo para descubrir una respuesta del azar que yo ya no encuentro con ningún razonamiento. Hay ciertos días en mi vida, en que tengo que elegir, en un escaso minuto, mi futuro laboral. Al otro lado de la línea exponen 2 o 3 opciones y esperan. Esperan a que yo decida qué es lo que quiero, qué es lo que elijo Y en esos 60 segundos, en sólo 60 segundos, miles de ideas agolpan mi cabeza, que se transforma en una balanza de post y contras intentando inclinarla hacia algún lado y contestar, elegir, decidir, presionada por quien me habla al otro lado. Cierto día decidí mi destino con el juego de los papelitos…Fue hace ya varios años…Y cada papelito llevaba un nombre de ciudad. El azar me dio una respuesta…y así dejé de ser yo la responsable de mi futuro…Es una buena forma de no sentirse culpable si resulta que la elección no ha sido la correcta…Al cabo de un año de aquel día, culpé a la suerte de mi mala elección, al papel que utilicé, a la tinta que usé… y a mí misma por exponer mi futuro en un juego tan absurdo.. Cierto día empecé de nuevo, y opté por esa otra opción de aquel papelito que cayó al suelo en aquella ocasión y que había desechado…Y llegué un año más tarde a aquel lugar. Y conocí a quienes me ayudaron a ser lo que hoy soy. Y aprendí lo que hoy pongo en práctica cada día. Y viví unos años de absoluta felicidad. Quizás, en el fondo, el azar había tenido razón…Y no llegaba un año más tarde, sino justo en el momento en que tenía que llegar. Ciertos días en esos papelitos sólo escribo algún Si o algún No que puedan responder a preguntas tan simples como “voy?, llamo?, espero?, hablo?.... Cierto día, o mejor dicho, cierta noche, dejé que una decisión apresurada, acorralada por el miedo, cambiara el rumbo de mi vida…A veces me repito que mi elección de esa noche, cuando salí al amanecer de aquel hospital , sólo hizo que perdiera 3 años de una forma tonta… Cierto día me obligué a vencer el miedo y decidí empezar nuevamente. Esta vez llegaba 3 años tarde…Siempre llegando tarde….Y descubrí el más grande aliciente para levantarse de la cama e ir a trabajar. Y conocí a quienes hoy son parte de mí…Y me conocí a mí misma, otra Maryann. Y nuevamente me di cuenta de que no llegaba 3 años tarde…sino justo en el momento en el que el destino me ofrecía todas esas sorpresas.. Porque todos los días son una elección. Desde que nos despertamos, cinco minutos más tarde o más temprano, hasta que nos quedamos dormidos cada noche, con una u otra idea…Todo nuestro destino va cambiando de dirección incluso cuando tomamos las decisiones que creemos más ilogicas…hasta una sonrisa que negamos o una mirada que regalemos pueden convertirse en la base de un futuro diferente. Hoy tengo algunos papelitos en la mano…y no me atrevo ni siquiera a escribir en ellos. Hoy ni siquiera tengo la seguridad de que deba utilizar este juego absurdo para elegir sin sentirme culpable. Porque cierto día me convenzo de que debo elegir, y expongo todas las alternativas delante de mí. Puedo escribir hasta mil papelitos con todos los caminos posibles a un planteamiento en concreto….Pero…cómo no me doy cuenta de que hay opciones prohibidas?…que ni siquiera deberían figurar en ninguno de mis papelitos...Y, en mi interior, ya he elegido alguna de esas opciones imposibles, antes incluso de hacerme la pregunta. Qué pasa si este juego insensato pierde todo su significado porque dentro de mí sólo hay una elección disponible, aunque me empeñe en escribir algunas más…Qué pasa si lo que me da miedo no es la opción, sino el riesgo en sí de elegir, aventurarme y comprometerme con eso que he decidido….y con ese pretexto planteo otras opciones….Entonces….el juego deja ya de tener sentido…y ya no existen varios caminos, sino sólo uno…sólo ese por el que no consigo deslizarme.. Cierta mañana de hojas secas una decisión apresurada, unas palabras cruzadas, y una jugada del destino….decidió cambiar la dirección de mi presente… No sé qué hubiera pasado si mis decisiones fueran otras. No sé qué hubiera pasado si los papelitos se hubieran intercambiado alguna vez, si no hubiera llegado tarde, si no hubiera dicho o hecho algo…No sé que hubiera pasado…Porque todavía no tengo claro si el destino está verdaderamente en nuestras manos…Todavía no sé si mi presente es así por lo que elegí en mi pasado….y me da pánico pensar que mi futuro será lo que decida hoy, con papelitos o sin ellos… De todas formas dicen por ahí que “lo que no tiene que ocurrir, nunca ocurrirá, por mucho empeño que se ponga. Y lo que tiene que ocurrir, no dejará de hacerlo, por mucho que se haga para impedirlo. Esto es seguro. La verdadera sabiduría, por lo tanto, es permanecer quieto”. Cierto día usé un papelito para cumplir un deseo…Sólo una opción. Aposté a un único ganador y gané…Sin embargo, hubo un día en el que el deseo de aquel papelito…fue sustituido por otro que escribí en un papel mucho más grande,. Este era de esos, de los imposibles, así que aposté a un único perdedor… y perdí. Pero quien sabe si mañana lo que creí perder no fue sino una victoria…es la magia del destino…que nunca sabes lo que puede pasar.. No sé si debería tirar a la basura todos estos papelitos, los de antes, los de ahora e incluso los que pretenda utilizar mañana. Y sólo deba quedarme quieta. Puede que lo único que tenga que hacer sea esperar, no elegir, no decidir…pero no…no estoy dispuesta a perder ni un segundo esperando que el mundo elija por mí…y es que nadie sabe mejor que yo qué es lo que más deseo…así que hoy he hecho mi elección. Hoy decidí jugar un poker con la vida…Ir de farol?....quien sabe….a lo mejor llevo un full de ases y gano esta partida....o me quedo en bancarrota, con las ganas de seguir jugando. Sea como sea, para bien o para mal...de todo aprenderé...Sea como sea...nunca perderé la ilusión. Me dijo ayer Paulo Coelho que sin fé se puede perder un juego, cuando ya casi está ganado...
Porque algunas veces hay que decidirse entre una cosa a la que se está acostumbrado y otra que nos gustaría conocer…y yo ya he decidido….

1 Comment:

  1. Ali said...
    Ojalá la mejor forma de resolver las dudas y los problemas fuera a través del azar con un papelito por cada opción que tenemos; quizás así no nos sintiéramos tan culpables de haber tomado la decisión equivocada, pero tampoco sería mérito nuestro ni logro personal los éxitos conseguidos. Hoy en día que las cosas suceden porque deben suceder así, en ese orden y de esa manera, y después de la tempestad siempre llega la calma, y después de algo malo.... está por llegar algo mejor.

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